AMANDA KNOX.

Según los datos extraídos de Internet, Amanda Knox era un excelente universitaria de 20 años, con resultados brillantes que gracias a ellos tuvo la oportunidad de ir a Italia becada para asistir a un curso de aprendizaje del idioma italiano.

Con veinte añitos, guapa, alegre, divertida y resultona no le resulto nada difícil el conectar con el mundo de los pubs, las noches, las fiestas, ambiente al cual era asidua, pues le gustaba divertirse. Fue en una noche de fiesta, alcohol y drogas donde le cambió la vida, siendo acusada con juntamente con su novio del asesinato de una compañera de piso, por lo cual ha estado ingresada en prisión durante cuatro años, hasta que una revisión de su caso la ha dejado en libertad, por lo cual hoy sigue haciendo vida normal en su país.

Como decía mi abuelo “todo me es lícito pero no todo me conviene”.

Nosotros somos jóvenes, con ganas de probar y disfrutar de un montón de cosas que la vida nos presenta y es lógico que lo hagamos, pues debemos de coger nuestra propia experiencia y siempre en base a nuestras acciones en la vida. De todo y de cada caso, día a día, aprendemos algo que nos va a ser útil. De cada situación, aún sin darnos cuenta, sacamos algo positivo que aceptamos en nuestro interior, a veces de forma rutinaria, sin darnos cuenta, pero es algo que posiblemente en un día posterior, lejano o no, podemos hacer uso de ello ante distintas situaciones en las que nos veremos comprometidos.

¿Qué podríamos sacar como enseñanza de la situación que pasó Amanda Knox?

Pues en primer lugar que ante las drogas debemos de tener una muy clara respuesta de rechazo, pues una cosa es segura, que nada bueno vamos a sacar de ellas. Hay que tener la cabeza bien puesta y la personalidad clara para no dejarnos llevar por ellas, que están a nuestro alcance, a nuestro alrededor. Posiblemente entre nuestros amigos, nuestros compañeros sepamos de alguno que toca este mundillo. Lo mejor, que nosotros no caigamos en él, y lo segundo que tenemos que intentar, dentro de nuestras posibilidades que esa persona se aleje del mismo.

Hay que tener en cuenta que construirnos un futuro cuesta mucho; día tras día de estudio, de esfuerzo en tiempo y dinero, de sacrificio, y no vale la pena arruinar nuestras vidas por una noche loca, por una acción incontrolada en la que nosotros mismos nos hemos metido.

Todos cometemos errores, pero donde sabemos que está el peligro, y que nada buenos podemos sacar, mejor pasarlo y evitarlo.