Nuestra relación coach-individuo (enfermero-paciente) es básica, ya que debemos de ser capaces de lograr una correcta aplicación de nuestras instrucciones que en todo momento van a ir orientadas a la mejoría de la calidad de vida del paciente (bien en atenciones, bien en mejoría de la enfermedad, bien en mejores cuidados o mayor satisfacción personal del paciente).
Para ello debemos de primeramente estar en continua evaluación del paciente y sus necesidades, partiendo del conocimiento que el paciente tiene de su propia dolencia.
Debemos de saber evaluar la predisposición del paciente ante su enfermedad y su capacidad para el aprendizaje de lo que nosotros le queremos transmitir, siendo capaces de crear un entorno adecuado alrededor del paciente que le sirva de estímulo para su desarrollo, siendo capaces de a través de nuestra empatía, de transmitirle ánimo y apoyo.
Formamos equipo con el paciente, y juntos, vamos a ser capaces de lograr las metas fijadas. El debe de saberlo, vivirlo y comprometerse con el equipo.
¡Ya sabes!...... “La unión hace la fuerza”
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