“El aprendizaje a traves de las historias”
Cuantas veces de pequeño nos han contado historias reales o no, con carácter educativo de los que se sacaban las clásicas moralejas. El aprendizaje a través de historias que nos cuentan es una técnica muy antigua, que actualmente se está recuperando como herramienta para el desarrollo de competencias.
Cuando escuchamos una historia, nuestra apertura mental es mayor, lo que permite escuchar y comprender mejor, y la retención del aprendizaje es más profunda y duradera. Todo ello se traduce en una aceleración del aprendizaje y por tanto en una menor resistencia al cambio. Las historias son alianza perfecta para conseguir despertar el interés y la curiosidad, una actitud básica para el aprendizaje continuo.
Para que las historias cumplan el objetivo de contribuir al desarrollo personal o profesional del enfermero, es necesario escoger la historia adecuada, que sea aplicable al contexto, es decir, a las necesidades del paciente, a su situación personal, a los retos que se plantea o las trabas que desea superar. Siempre tiene que extraerse de ellas una moraleja, que es el mensaje que impulsa el aprendizaje.
Sobre esas historias, enfermero y paciente discutirán, intercambiarán opiniones, reflexionarán: de este proceso debe surgir la moraleja para el paciente, debe ser él quien la descubra, porque esa es la revelación del proceso de aprendizaje.
Las historias, al situarnos fuera de nuestra experiencia, permite al paciente y a nosotros mismos contemplar la situación como espectadores, lo que nos da al enfermero y al paciente el punto justo de distancia para poder ver las cosas de otra forma, sin que el paciente se sienta amenazado, atacado. Desde ahí podemos transferir la lección extraída a la situación del paciente. La misma historia no tiene el mismo significado para dos personas distintas o en dos situaciones distintas.
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